1 de diciembre de 2024

Fascinante Naturaleza: La extraterrestre Welwitschia.

Tanto como «extraterrestre» no, pero casi… La Welwitschia (Welwitschia mirabilis) puede parecer una simple planta rastrera como otra cualquiera de las que pueden crecer en las difíciles condiciones de los desiertos, pero no, esta planta no es como las demás. Se trata de una Gimnosperma, concretamente una conífera. Produce conos similares a los que producen los pinos y los abetos. Crece de un tronco grueso parcialmente enterrado en la arena, del que salen dos únicas hojas que crecen de manera continua a lo largo de toda la vida de la planta. Por la acción del viento, las hojas se van rompiendo y rasgando longitudinalmente desde su base, creando una especie de maraña de cintas que, en realidad, son todas la misma.
Welwitschia mirabilis. Fuente: Nanosanchez – Trabajo propio, CC BY-SA 3.0.
La planta fue descubierta en 1859 por el botánico austríaco Friedrich Welwitsch. Su singularidad biológica no reside en su aspecto físico, sino en su extraordinaria capacidad de vivir durante siglos en uno de los entornos más extremos de la Tierra. De hecho, los botánicos han determinado ejemplares con más de 1700 años de edad. Además, esta planta es la única especie de Gimnosperma que no presenta traqueidas en sus vasos conductores (las traqueidas están presentes en todas las Gimnospermas). Y eso no es todo. Como todas las Espermatófitas, se reproduce por semillas, pero la Welwitschia es una planta dioica, es decir, hay ejemplares machos y ejemplares hembras. ¿Cómo logran reproducirse? Gracias a un insecto, un escarabajo (Odontopus sexpunctatus)prácticamente el único encargado de polinizar sus flores, dado que acostumbra a habitar en estas plantas. Sin este bicho, estarían prácticamente condenadas a desaparecer.
La Welwitschia es todo un símbolo nacional en Namibia.
Los orígenes de esta planta se remontan al Cretácico inferior, hace casi 100 millones de años. Es, por tanto, un auténtico «fósil viviente». No obstante, a pesar del tiempo transcurrido, no se ha movido geográficamente de su sitio original, entre Angola y Namibia, único lugar donde se las puede ver. Es una especie en peligro, y todo un símbolo nacional en Namibia (allí, la más alta condecoración de la República lleva su nombre).

Miguel Ángel López Varona

Biólogo, Educador Ambiental y Guía de Montaña.

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